Consejos para elegir el calzado de los niños en verano
09/07/2014
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Cuando llega el buen tiempo muchos padres se preguntan qué tipo de calzado es el más adecuado: ¿Las sandalias, chanclas o menorquinas son adecuadas? ¿De qué material deben estar compuestas? Este artículo pretende responder a estas y otras preguntas y ofrecer una guía para saber qué debes tener en cuenta antes de comprar zapatos de verano.
En los meses de más calor la indumentaria de los más pequeños se completa con zapatos de verano de todos tipos y formas. Según la ocasión y la edad de tus hijos, puedes elegir entre distintas opciones. Hay ciertas características que son recomendables para todo tipo de zapatos.
¿Cómo deben ser los zapatos de verano de los niños?
- Sujetos al pie: los zapatos de verano, como las sandalias, deben quedar sujetas al pie, por ejemplo mediante una hebilla, un velcro o cordones. No se recomiendan aquellos zapatos que no vayan bien sujetos al pie, como las bailarinas, merceditas, chanclas o zuecos porque no dan sujeción ni controlan el movimiento en las actividades que hacen los niños, como correr, saltar y jugar. De este modo, si llevan zapatos no sujetos al pie, pueden hacerse daño o lesionarse.
- Cómodos: para ello, deben ser de su talla concreta, el pie no debe estar demasiado friccionado pero tampoco bailar. Además, tampoco es recomendable que los hereden de sus hermanos, ya que cada pie es distinto y el zapato coge la forma de cada uno.
- Transpirables: los forros y la planta han de ser de piel transpirable o 100% algodón, para evitar sudoraciones.
- Con suelas y talones reforzados y antideslizantes: que no se doblen fácilmente y que eviten resbalones.
A partir de estas recomendaciones, puedes escoger entre muchos tipos de zapatos veraniegos que se adapten también a la forma como vayan vestidos en cada ocasión y a la actividad que vayan a hacer. En el amplio catálogo de opciones a escoger, generalmente, encontramos los tipos siguientes:
- Sandalias de paseo: la opción más utilizada para las actividades de diario, en las que también pueden llevar zapatos cerrados de piel fina y fresca. Es recomendable que, en ambos casos, lleven calcetines.
- Sandalias para la playa o piscina: elaboradas con materiales resistentes al agua. A pesar de todo, este tipo de calzado debe utilizarse el menor tiempo posible, ya que por ser normalmente de plástico, puede irritar la piel.
- Sandalias de deporte: para marchas largas por terrenos sin mucho desnivel. Sujetan bien el antepié y el retropié con velcro o hebillas, mantienen libres los dedos y parte del pie y tienen las suelas gruesas y antideslizantes.
- Zapatos de deportivos: adecuados al deporte que practiquen, de piel y con calcetines. Además, es recomendable que tengan una plantilla que se pueda sacar para airearla y cambiarla frecuentemente. Cabe añadir que justo después de acabar la actividad deportiva deben lavarse los pies y cambiar de calzado.
Por otro lado, debes tener en cuenta que si tu hijo lleva plantillas ortopédicas no debe dejarlas en verano. Para jugar y caminar las puede llevar con sandalias de marcha, la planta de las cuales refuerza también la función de las plantillas y les permite ir igualmente frescos y cómodos.
Teniendo en mente las principales medidas de comodidad y seguridad, podrás adquirir los zapatos que mejor se adapten a tus pequeños y a su edad. Además, también te ayudará a elegir qué tipos son los que más necesitan el pensar cuáles son las actividades que más realizan. Recuerda también que el hecho de que lleven un calzado cómodo y adecuado evitará malas posturas de piernas, pies y espalda.